¿Con qué frecuencia escuchas de tu hijo frases como “no puedo”, “no sé como hacerlo”, «esto no funcionará»? Según expertos estos pueden ser síntomas de «desamparo aprendido».
La percepción negativa de las cosas hace parte del día a día de una persona pesimista e insegura. Tú no quieres un futuro así para tu hijo, ¿verdad? Es por eso que hemos reunido algunos consejos para que los padres ayuden a su hijo a enfrentar los desafíos con optimismo sin perder la fe en sí mismos. ¡Empecemos!
Autonomía
Fomentar la autonomía del niño es clave. A menudo, el «no lo haré» esconde un «no puedo». ¿Recuerdas con qué frecuencia regañas a tu hijo por lavar mal los platos o por no limpiar la mesa perfectamente?
Por eso es importante deshacerse del mal hábito de hacer las tareas del hogar por él. Es mejor mostrarle, enseñarle pero nunca hacerlo por el niño. Hay que premiar el hecho de que el niño diga “yo puedo solo». A ambos os resultará satisfactorio aunque el resultado no sea 100% perfecto.
Ejemplo 1. Una mamá quería enseñarle a cocinar a su hija y le pidió ser su ayudante para preparar la cena. Cuando la niña hizo algo mal (cortó las patatas demasiado grandes, las albóndigas no quedaron del tamaño ideal), su madre se enojó tanto que le dijo: “Vete de la cocina, mejor lo hago yo». Esto llevó a un miedo al error asociado a la ira de la madre. La niña aprendió a cocinar, por supuesto, pero quedaban pocas emociones y recuerdos positivos de cocinar juntas como madre e hija.
Ejemplo 2. A un niño no le iba bien en la escuela, no quería hacer los deberes, perdía las clases y no prestaba atención a las observaciones de los adultos.
Su padre, un empresario, una vez llevó a un niño a trabajar y mostró las pérdidas financieras causadas por los errores de sus empleados. Le hizo pensar en el tiempo que perdía y no podía dedicar a su familia por tener que organizar y coordinar el trabajo de su equipo. Le explicó que estudiar bien y tener buenas calificaciones es entrenar para resolver dificultades, y si el hijo no quiere aprender a resolverlas por sí mismo, entonces en el futuro le será muy difícil en su trabajo.
Irradia optimismo
Los niños siempre imitan a sus padres, ¡así que sea optimista! Los niños pueden decir «no tendré éxito», «siempre hago esto», pero si irradias positividad e influyes de a poco en el estado de ánimo del niño, ¡todo cambiará rápidamente!
Sé cuidadoso: no culpes de tus problemas a los demás (pareja, parientes), ofrece tu ayuda y cumple tus promesas. Si muestras buena voluntad no habrá lugar para el pesimismo en tu hogar.
Aprende a admitir tu culpa
Todos nos equivocamos y si gritaste o castigaste a tu hijo inmerecidamente, discúlpate e intenta enmendarlo. El sentido de la justicia es especialmente importante en la infancia y si un adulto sabe admitir sus errores, sus hijos también lo aprenderán muy rápidamente.
Ten un día libre en familia con más frecuencia
Las risas y momentos agradables son para los niños algo maravilloso. ¿Por qué no hacer una pelea de almohadas en familia u otras bromas divertidas? Esto acabará con la rutina y hasta el día más común puede volverse un día inolvidable.
Mirad películas juntos, viajad. También puedes mostrarle a tu hijo la cultura de otros países, donde la expresión de las emociones es más importante. Esto le dará al niño la oportunidad de ver el mundo con otros ojos y ser más abierto con otras personas.