¿Quieres saber si tu hijo sufre acoso escolar, maltrato o bullying?: la guía definitiva de Unicef
Aunque el acoso escolar puede comenzar en los primeros años de la escuela, normalmente alcanza su punto álgido en Primaria y Secundaria. Este fenómeno está estrechamente relacionado con los procesos psicológicos que tienen lugar cuando un niño se convierte en adolescente.
En esta etapa es crucial para los niños ser aceptados, tener un sentido de pertenencia a un determinado grupo y hacer amigos.
“A esta edad, los niños detectan fácilmente las diferencias y los rasgos que no se ajustan a la norma aceptada, por lo que el acoso suele afectar a los niños que son diferentes de los demás”, explica Anna Gupta, psicóloga y especialista en desarrollo docente de Novakid.
El acoso empieza entre dos personas y sus consecuencias se van extendiendo hasta alcanzar a toda la comunidad. Por eso, aunque a cada persona pueda afectarle de una manera diferente, a la larga toda la sociedad sufre las consecuencias.
Entender qué es el acoso escolar o bullying es clave para poder ponerle fin.
¿Qué es el acoso escolar o bullying?
Según Unicef, el acoso escolar o bullying es una conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro. Es una acción negativa, continua e intencionada que crea una relación de dominio y sumisión.
La variante del acoso que se produce a través de internet (plataformas virtuales, mensajes de texto, chats, redes sociales…) es el ciberacoso o ciberbullying que presenta unas características particulares: los contenidos se hacen virales y permanecen; los agresores pueden tener sensación de anonimato y un falso sentimiento de impunidad, y las consecuencias en las víctimas son más difíciles de evaluar.
Tipos de acoso escolar
Hay diferentes tipos de acoso escolar:
Verbal
Es el tipo de acoso más común. Incluye el abuso verbal, los insultos y los comentarios humillantes. Puede variar desde formas inofensivas hasta niveles bastante graves.
Físico
Es el más fácil de detectar. Causa daños físicos a la persona acosada o a su propiedad. Los acosadores físicos suelen ser más grandes, más fuertes y más agresivos que sus compañeros. El acoso físico incluye patadas, bofetadas, puñetazos, etc.
Social
Suele ir dirigido a golpear la reputación del niño. Suele ser más difícil de reconocer porque suele ocurrir a espaldas del acosado y cuando los adultos están fuera de escena. El objetivo del acoso social es dañar la reputación de alguien y causar humillación.
Por lo general, “el objetivo del acoso es tomar el control de otra persona. Si el acosador no consigue este objetivo mediante el abuso verbal, puede convertirse en agresión física”, añade Adrienne Landry, directora de contenido educativo en Novakid.
¿Cómo prevenir el acoso escolar y el ciberacoso?
Lo más importante es hablar con los niños sobre el acoso escolar.
“Es crucial asegurarse de que los niños entienden que el acoso es inaceptable, y que saben cómo obtener ayuda si se enfrentan a este problema”, dice Gupta.
También es esencial estar abierto a la comunicación y participar en la vida de los niños, conocer a sus amigos y preguntar por sus preocupaciones. El ejemplo personal es siempre la mejor manera de mostrar la importancia de tratar a los demás con amabilidad y respeto.
Además, es imprescindible también apoyar los intereses y aficiones de los niños para que generen confianza en sí mismos y, por ende, estén menos expuestos a comportamientos de acoso. No olvides revisar de vez en cuando sus redes sociales, si tienes, para evitar que sufra una situación de ciberacoso.
Interviene quien acosa y quien sufre el acoso. Pero también quien lo ve y quien lo consiente; quien siendo testigo actúa, o no actúa. Intervienen los amigos, los padres y madres, los profesores… En realidad, en el acoso intervienen todos.
¿Cómo saber si tu hijo/a sufre bullying o acoso escolar?
A continuación, te contamos algunos síntomas que deberían hacer saltar las alarmas, pero cada niño es de una forma y puede mostrar de formas muy diferentes que está sufriendo acoso escolar:
Depresión
Podemos ver que deja de participar en su grupo; que es objeto de murmullos y risas entre sus compañeros.
Autoestima disminuida
Puede presentar baja autoestima y culpabilidad; puede dejar de quedar con sus amigos, o evitar estar lejos de los adultos.
Pesadillas y dificultades para conciliar el sueño
Dificultad para dormir o pesadillas frecuentes por lo que vive en su día a día en la escuela.
Comienza a saltarse algunas comidas
Cambios en los hábitos alimentarios, como saltarse horarios de comidas o atracarse. Los niños pueden llegar de la escuela con hambre porque no almorzaron.
No querer ir a la escuela
Dentro de los signos escolares y sociales, podemos ver que nuestro hijo deja de asistir a clase, baja su rendimiento o muestra desinterés por el colegio.
Moratones o arañazos inesperados y frecuentes
Provocados por su agresor o, incluso, por conductas autodestructivas.
Dolores de cabeza y de estómago
Dolores de cabeza o estómago frecuentes o quejas de malestar general.
¿Y si es víctima de ciberbullying?
En el caso del ciberbullying, además suele contar con poco apoyo en las redes sociales, y acaba siendo víctima de alianzas dentro de los grupos.
Su reacción puede ser:
- Pasiva, si tiene un carácter sumiso, pocas habilidades comunicativas y tiende a aislarse, alejándose de sus amigos.
- Provocadora, si manifiesta comportamientos inapropiados y se relaciona con los demás mediante la provocación, irritando al resto de alumnos.
- Acosadora, si es víctima de acoso y, a la vez, acosador con los más indefensos del grupo.
Si un niño ya está expuesto al acoso, los padres deben escuchar a su hijo abiertamente y hablar con calma. Es muy importante no presionar al pequeño y no intentar averiguar las razones del acoso.
“El objetivo de los padres es persuadir a su hijo de que no es su culpa y hablar con el tutor para hacerle partícipe de la situación y tratar próximos pasos”, explica Landry.
A continuación, te dejamos una serie de consejo que darle a tu hijo si te confiesa que está siendo acosado:
Intenta evitar al acosador
No te quedes con un acosador cara a cara. Asegúrate de que hay alguien cerca cuando le veas.
Es normal estar asustado
Es crucial mantener la calma ante los acosadores y hablar de forma inmediata con un adulto para que te ayude a solventar la situación.
Confianza plena en la familia
La confianza en el entorno familiar puede brindar el respaldo necesario para enfrentar estas situaciones con fortaleza.
Saber quién es la víctima
Comprender claramente quién es la víctima en este escenario es esencial para brindar el apoyo adecuado y tomar medidas efectivas para detener el acoso.
¿Qué pasa si descubro que es mi hijo el que acosa a otros?
El agresor es quien ejerce el acoso. Actúa impulsivamente, necesita dominar al grupo y busca reconocimiento y aceptación. Curiosamente puede ser inseguro, aunque intente no parecerlo.
Tiende a construir relaciones basadas en la exclusión y el menosprecio. Manipula, se comporta de forma agresiva y tiene una baja tolerancia a la frustración.
El ciberagresor puede comportarse de manera normal en el plano físico, y a la vez mostrar su lado agresivo en las redes, aprovechando el anonimato que estas le proporcionan, y donde además puede ser más seguido y apoyado.
- Es fundamental hablar con el niño abiertamente para entender las razones de la agresión.
- No presionar demasiado.
- Enseña la empatía en casa.
- Habla con tu hijo sobre lo que se siente al ser acosado.
- Analiza el entorno del niño. Normalmente, los niños que tienden a intimidar a otros, son intimidados por un adulto.
“Si desarrollamos la empatía en un niño desde edades tempranas es muy difícil que acose o trate de mal a un compañero de clase”, coinciden Landry y Gupta.
Para conseguirlo es importante hablar de las emociones y sentimientos y hacer entender a tu hijo/a que siempre hay que tener una actitud amable hacia los demás y tratar al resto como nos gustaría que nos tratasen a nosotros.
Mitos del acoso escolar
En el ámbito del bullying o acoso escolar, es crucial desmentir ciertos mitos arraigados que pueden perpetuar la problemática. Uno de estos mitos es la creencia de que el acoso entre menores es algo normal y que no requiere atención. La realidad es que el bullying nunca debe considerarse normal o aceptable en ninguna etapa de la vida; ignorar esta situación suele empeorar, ya que no detiene la intimidación.
Otro mito común es la idea de que está justificado pegar a alguien que está acosando, con la esperanza de que así pare. Sin embargo, la realidad es que responder con violencia puede exacerbar el problema, en lugar de resolverlo. Aunque es comprensible que la persona acosada pueda sentirse tentada a defenderse, la violencia no es la solución.
Asimismo, existe el mito de que el acoso escolar solo ocurre dentro de las instalaciones escolares. Aunque es cierto que la mayoría de los casos se dan durante el horario escolar, el acoso puede manifestarse en otros entornos, como el transporte escolar o las actividades extracurriculares. Esta realidad resalta la importancia de abordar el problema de manera integral, no limitándose únicamente al ámbito escolar.
Desmitificar las creencias erróneas sobre el bullying y el acoso escolar es fundamental para abordar eficazmente esta problemática. Según la UNESCO, el bullying podría afectar a uno de cada tres estudiantes en todo el mundo, con consecuencias que pueden perdurar en el largo plazo limitando así las oportunidades educativas y laborales futuras, lo que subraya la urgencia de tomar medidas concretas para prevenirlo y combatirlo.
Es crucial comprender que el acoso no es un rito de paso ni una parte inevitable de la niñez o la adolescencia. Todos los miembros de la comunidad escolar, desde estudiantes hasta educadores y padres, deben trabajar juntos para crear un entorno seguro y respetuoso donde el bullying no tenga cabida.
Novakid contra el bullying
El bullying es cada vez más frecuente entre niños y adolescentes. Desde Novakid queremos con este artículo ayudar a las familias a prevenir el acoso escolar, saber identificarlo y, sobre todo, prevenirlo.
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